viernes, 18 de febrero de 2011

Yo a mi papá le quiero a mi manera. Me gustaba verle atender en la tienda. Me gusta cuando hace un gesto con la cara que es casi un tic. Me gusta cuando habla a los niños. Me gusta cuando se viste de gitano para cuidar la finca de mis abuel...os. Me gusta cuando se lamenta. Me gusta cuando lee libros difíciles y no le da importancia. Me gusta cuando se asusta por las cosas que decimos mi madre y yo. Me gusta cuando llama a mi mamá "Gor". Me gusta cuando toca el timbre del servicio por la mañana, lo que quiere decir que no sabe qué ponerse y hay que ir a ayudarlo. Me gusta cuando se sorprende con mis éxitos. Me gusta porque se supera cada día. Me gusta porque es humilde. Me gusta porque está enamorado de mi mamá. Cuando vivía en Oviedo me giraba cada vez que alguien fumaba ducados, pensando: ¿Dónde está mi papá? Y sobre todo, me gustan los dos lunares azules que tiene, en las mejillas, uno a cada lado, en el mismo sitio, y cuando se los quitaron, no dejé de quererle nada de nada.

Y me gusta mucho cuando corre aunque parezca un poco mariquita.