domingo, 26 de febrero de 2012

ACCIÓN

La luz se filtra en el ojo por el colador que llamamos pupila. Tras un proceso ignoto en el interior del globo ocular, órgano frágil y misterioso, sube por el nervio óptico mientras nuestro cuerpo se estremece. Llega al cerebro donde la amalgama de recuerdos se mezcla con la recepción límpida. El proceso recorre el sentido contrario hasta llegar a un lugar vacío, negro, misterioso que se abre por un ojal mostrándonos la elegancia del mundo. Lo piensas y antes de reaccionar, de reflexionar, la orden ya está dada. Instantáneo, esclavo de las órdenes, el dedo se mueve, se acciona, y la máquina-apéndice hace su trabajo. La diferencia entre unos y otros está perdido en ese proceso. No lo entiendo, el cuerpo tampoco. Una fotografía se hace en 0.1 segundos.

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