sábado, 17 de octubre de 2009

EL MORIR

Existen actos tan simples y cotidianos que cuando nos paramos a pensar dan auténtico miedo. De hecho, todo da miedo. El ser humano evita esos sentimientos para poder sobrevivir. Es lógico. Los pensamientos malos matan por dentro. Pero también iluminan nuestra conciencia. Y, finalemente, ¿qué preferimos? ¿Ser tontos felices o intelectuales amargados? Laura se dejó llevar por su amor a la estética y se imaginó como una Susan Sontag no lesbiana, o solo a ratos, y le gustó más la segunda opción. En su cerebro surgían, más rápidos que su manos, algunos de los pensamientos más horribles jamás ideados. Ahí va uno de ellos:

"¿Por qué he de dar clase a niños? ¿Por qué tengo que aprender cosas? ¿Por qué? si me voy a morir. Todos los conocimientos, todos los esfuerzos, tirados al ataúd. Y lo que es peor. Todos esos niños, que llegarán a ser adultos, puede que incluso con mis conocimientos en su mente, también se morirán. Esa niña tan guapa, tan inteligente, Laura, como yo, pero ellos la llaman "Lora", que tienes de alumna en el colegio, también se desintegrará sobre una cama de tercipelo y tejo. Sus ojos se hundirán marcando el lugar donde algún día estuvo el cerebro repleto de vocabulario en español, de ecuaciones, gramática y fechas históricas. Y entonces, ni siquiera importarán los mimos de su madre cada mañana, que le preparaba la ropa y el desayuno con cariño, confiando en la inteligencia de su niña..."

Eso pensaba Laura mientras se cortaba las uñas, ese apéndice estúpido que tenemos tras años de evolución sin escarbar en la tierra ni matar con nuestras propias manos.

"Prefiero matarme a mí misma a través de los pensamientos"

Y sonrió.

3 comentarios:

  1. Mais c'est genial, incroyable; c'est dingue!!!! (c'est dingue es como c'est chouet, pero màs macarrilla). Mañana, si vous voulez bien, vuelvo a abusar de vuestra hospitalidad y compañìa, besitos

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  2. Gracias, muchachita que desde Fracia siempre me camina tan de cerca.

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  3. me he muerto tantas veces que ni siquiera quiero contarlas para no aburrir con muertes repetidas de tanto pensar, es muy bueno lo que escribiste, soy de argentina, es la primera vez que paso y espero no sea la ultima, uno no puede morirse de ataques de pensamiento pero pensandolo bien....quien sabe. saludos.

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