viernes, 8 de mayo de 2009

EL OBJETIVO

Le encantaba posar para ella. Ponerse delante de la cámara, que alguien la eligiera para estar ante un objetivo era algo que halagaba, por supuesto, y además la petición de su amiga hacía que su ego creciese, hasta convertirse en esa pequeña diva que llevaba dentro. Durante unos segundos retomaba postura imposibles, miraba fijamente al objetivo y pensaba en lo grande que llegaría a ser algún día su existencia.

Su amiga sonreía ante sus histrionismos, la dejaba hacer, con la confianza de que, en un momento dado, bajaría la guardia y ella podría sacar a la verdadera Laura que llevaba dentro. Sabía que con ella la sesión debía ser así, doble, por un lado hollywoodiense y por otro a la expectativa del momento íntimo.

Laura no quería abrirse, por dos razones. La primera, porque siempre que lo había hecho la habían dejado tirada. La segunda, porque se odiaba.

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